viernes, 30 de noviembre de 2007

La leyenda de Allorianne y el Guardián Oscuro

Un joven muchacho regresa del campo. Sus fachas están maltratadas, su cuerpo lastimado y hasta su forma de caminar incomoda.

El aire es frío, las nubes comienzan a cubrir el cielo, se escuchan un par de relámpagos a lo lejos.

El muchacho se sorprende de encontrar un elegante carruaje frente a su choza, sin embargo, sólo atina a hacer un gesto, y se sigue de paso.

Comienza a llover.

Mientras camina, la puerta del carruaje se abre, y una delicada mano asoma su paso.

El joven sigue caminando, y llega a lo que sería el pórtico de su choza, ahí se cubre de la lluvia y se sienta en una silla vieja y rota.

De pronto, una joven damisela sale del carruaje, y casi de inmediato el chofer se apura a ofrecerle su apoyo, sin embargo, la joven damisela hace caso omiso del cortés gesto y se apura a encaminarse hacia la choza, empapando y ensuciando su hermoso vestido durante el trayecto.

El joven aún ni siquiera se digna a ofrecerle una mirada.

Por fin, llega la damisela, toda empapada, ante el joven muchacho y se queda parada frente a él. El joven parece molesto, y no se digna a voltear.

Entonces… se escucha un solo impacto, firme y seco.

La damisela se retira, sin siquiera ceder ni un sólo centésimo de su porte.

El muchacho no hace más que mirarle, mientras que con su mano derecha cubre su mejilla, ahora inflamada y enrojecida.


La leyenda de Allorianne y el guardián oscuro
por Alan Rangel


Todo comenzó dos años atrás, en el legendario reino de Armeria, del cual se dice es el gran reino que pudo hacer frente y someter al temible Señor Oscuro varios siglos atrás, cuando este amenazaba nuevamente con dominar el mundo y traer su reino de terror y oscuridad.

La leyenda dice, que antes de ser sometido el Señor Oscuro, este juró que volvería un día para vengarse de quien fuere en ese momento el heredero al trono del linaje real del reino de Armeria.

Buscando impedir los deseos del Señor Oscuro, un grupo expedicionario se embarcó junto con sus restos hacia las tierras del continente prohibido, del cual se dice, nadie regresa jamás. Sólo hubo un sobreviviente, que murió a los pocos días sin siquiera decir una sóla palabra, y quienes lo vieron en sus últimos momentos, dicen que murió atormentado, como si los mismos demonios estuvieran esperándolo en las sombras para devorarlo.

Por lo que los restos del Señor Oscuro fueron perdidos en alguna parte del continente prohibido, y la única persona que conocía su exacta localización murió sin decir palabra alguna.

Tras la muerte del Señor Oscuro comenzó un tiempo de prosperidad en todo el mundo, gracias al poderosísimo reino de Armeria, que había derrotado al enemigo de todos los hombres, y es entonces, a esta etapa de la historia que se le conoce, como el esplendor del gran reino de Armeria.

Pero esos días de gloria y esplendor han terminado.

Continuará…

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