jueves, 20 de marzo de 2008

El guerrero más poderoso

“Buen día señor.”
“Buen día extraño. Dígame, ¿qué lo trae por aquí?”
“Bueno, esperaba que alguien me pudiera ayudar. Verá, estoy buscando el camino al bosque de abedules, pero al parece ser me he perdido.”
“Al bosque de abedules dice usted… ¿y qué lo lleva a ese lugar?”
“Bueno, me han dicho que en medio de ese bosque se levanta la imponente montaña desolada.”
“¿Está usted diciendo que quiere ir a la temible montaña desolada? ¿No sabe usted que en ese lugar habita un…?”
“Un dragón… sí lo se.”
“Ya veo.”
“Pero definitivamente no es al dragón a quien busco, sino a alguien más.”
“¿Y a quién buscas hijo, sino a la misma muerte?”
“Estoy buscando al legendario Paladin Dorado, el guerrero más poderoso de toda la comarca.”

Internet

Me he dado cuenta de algo.

Resulta que es muy fácil distraerse con el Internet, y ese es mi “talón de Aquiles”.

Todo me es más fácil en Internet. Es más fácil buscar un video por internet que ir a rentar una película o buscar algo por televisión. Es más fácil buscar una canción por internet que ir a comprar un disco o buscarla en la radio.

Todo es más fácil por internet. Todo está a la vuelta de un “clic”.

Pero el problema no es lo fácil, sino que el problema es nuestra mente. Como todo es tan fácil llegar a él, sobresaturamos nuestra mente de “tantas cosas” que no necesitamos, que sólo llegamos a ellas porque era fácil hacerlo, que entonces nos olvidamos de las cosas que sí necesitamos o de las que son más importantes.

Se nos va y se nos va el tiempo en tantas cosas por internet, sólo por el pretexto de que es fácil hacerlo, que la vida se nos puede a ir ahí.

sábado, 8 de marzo de 2008

¿Cuánto vale una vida?

“¿Cuánto vale una vida?”

“¿Cuánto vale mi vida después de todo?”

El joven enciende el motor, y trata de no concentrarse demasiado en el frío. Debe esperar un momento para que la máquina se caliente, si no, no tendrá posibilidades.

Por un instante titubea, las luces del tablero lo ponen nervioso. El diseño no es para nada avanzado: no hay pantallas digitales ni nada por el estilo; sólo palancas, botones y luces intermitentes indicando una que otra señal acerca del estado del motor. Incluso tiene un radio para escuchar música.

A lo lejos puede ver las explosiones, como relámpagos en medio de la oscuridad. Ve como algunas desaparecen de pronto, como estrellas que se apagan en el firmamento infinito. Sabe que no cuenta con demasiado tiempo.

“¿Qué es lo que debería pensar en estos momentos?”, se pregunta él, ahora con un aire de ansiedad.

“Pon tu mente en blanco.”
Empieza a recordar.

“No te dejes de mover.”
Casi puede escuchar la voz ronca de su instructor gritándole en el oído.

“Nunca dejes de atacar.”
El tablero y toda la cabina empiezan a sacudirse.

“Es muy probable que mueras, y si mueres, trata de llevarte a la mayor cantidad de esos bastardos contigo, por lo que no seas moderado en cuanto a repartir ‘tu amor’ se refiere.”
Unas luces aparecen en el espejo retrovisor.

“Guíate más por el oído que por la vista.”
La cabina y el motor se estabilizan.

“Y finalmente la muerte… recuerda que la muerte no es el final de todo.”
Esto se lo había dicho su propio padre.

Entonces la señal amarilla se enciende “ENGAUGE” y el joven empuja la palanca hasta el fondo, por lo que la máquina mitad jet, mitad robot deja escapar una poderosa y violenta explosión en sus turbinas y un haz luminoso queda flotando en medio de la oscuridad de la noche, mientras la sorprendente máquina se eleva por los cielos.

Ahí va un joven terrícola, uno de los últimos de su especie.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Del dormir...

¿Duermes las horas suficientes de sueño?

De alguna forma he llegado a la conclusión de que el dormir es la espina dorsal de una buena agenda de actividades.

Es casi tan importante como comer, y es incluso, una de las necesidades más básicas del ser humano (dormir y comer).

Pero referente al dormir, me doy cuenta que hace mucho tiempo que no tengo una buena noche de sueño. De hecho, no recuerdo cuando fue la última vez que dormí más de 8 horas seguidas.

Hubo un día en específico en que pensé: “Si un día alguien llegara y me ofreciera cumplirme un deseo, no importara cual fuera, yo le pediría… dormir todo un día completo.”

De nada me sirve haber planeado una agenda “completísima” de actividades si no he considerado la actividad más importante de todas… dormir.

domingo, 2 de marzo de 2008

Termina una semana más

¿Y es qué estoy obsesionado con el tiempo?

Siento que actúo como si alguien me estuviese tomando el tiempo, como si se me estuviese acabando.

Lo cierto es que, cada día que pasa, cada hora y cada minuto es irremplazable, y ya no puedo hacer nada por volver atrás.

Termina una semana más, y con ella muchos anhelos, esperanzas y planes que fracasaron, pero también lecciones aprendidas, experiencias vividas y recuerdos entrañables.

Lo que guardo en mi corazón, nadie me lo podrá arrebatar.

Me doy cuenta de lo limitado que soy, de lo insignificantes que son mis esfuerzos cuando algo está de por si establecido… de lo difícil que es cambiar a la gente.

Que el cansancio es tan parte de mi, como el respirar y el sentir. Que no puedo hacer dos cosas al mismo tiempo, que el tiempo no se detiene, no importa que tanto lo desee.

También he dado un vislumbre al poder inmenso que tienen el orden y la disciplina. Que todo me es más fácil cuando lo tengo planeado, que si me lo propongo puedo hacer las cosas bien.

Me he dado cuenta que intento cambiar el mundo yo solo.

Que el trabajo en equipo hace mucho más fácil mi existencia, y que sólo es difícil de alcanzar cuando no hay comunicación.

Que la perseverancia es mi arma más fuerte.

Que hay momentos que me siento solo, no importa que esté acompañado.

Que cada alegría sólo se vive una vez.

Que sólo soy un hombre, en medio de este mundo caótico.