miércoles, 26 de noviembre de 2008

Los estudios sólo tienen razón de ser como medios para un fin (San Francisco)

En cierta ocasión en que se San Francisco se hallaba enfermo, alguien propuso que se le leyese un libro para distraerle. El santo respondió: "Nada me consuela tanto como la contemplación de la vida y Pasión del Señor. Aunque hubiese de vivir hasta el fin del mundo, con ese solo libro me bastaría." Francisco se había enamorado de la santa pobreza mientras contemplaba a Cristo crucificado y meditaba en la nueva crucifixión que sufría en la persona de los pobres.

El santo no despreciaba la ciencia, pero no la deseaba para sus discípulos. Los estudios sólo tenían razón de ser como medios para un fin y sólo podían aprovechar a los frailes menores, si no les impedían consagrar a la oración un tiempo todavía más largo y si les enseñaban más bien, a predicarse a sí mismos que a hablar a otros. Francisco aborrecía los estudios que alimentaban más la vanidad que la piedad, porque entibiaban la caridad y secaban el corazón. Sobre todo, temía que la señora Ciencia se convirtiese en rival de la dama Pobreza. Viendo con cuánta ansiedad acudían a las escuelas y buscaban los libros sus hermanos, Francisco exclamó en cierta ocasión: "Impulsados por el mal espíritu, mis pobres hermanos acabarán por abandonar el camino de la sencillez y de la pobreza."

De las mujeres y los malos deseos

Martes 25 de Noviembre de 2008

Viendo en el periódico una foto de una mujer modelo de cuerpo escultural, una de esas que aparecen en las revistas para caballeros se me antoja, de tan sólo verla, buscar más fotos de ella en el Internet, pues en verdad nunca la había visto, y en verdad posee un cuerpo sumamente escultural.

Buscando en el Internet entre páginas en un buscador muy conocido y entre videos en un sitio muy famoso me detengo por un momento, aturdido entre tanto ruido y desconcertado entre tantas imágenes, y me pongo a pensar, ¿cómo pierdo la paz por una mujer que ni siquiera conozco?, y ¿cómo buscándola a ella termino viendo a otras?, ya ni siquiera a la original que me había propuesto encontrar.

¿Acaso a ella le pasa lo mismo?, ¿acaso ella también pierde la paz?, ¿acaso pierde la paz por cada hombre que se desconcierta buscando más fotos de ella u otras mujeres por su causa?

¿Acaso se da cuenta?, ¿acaso tan siquiera se inmuta?

La respuesta se me hizo sumamente injusta.

Me di cuenta que mientras nosotros perdemos tanto (la paz que es tan preciosa), ellas ni siquiera se percatan, y en verdad, se me hizo sumamente injusto.

Por eso me propuse jamás volver a perder la paz por una de esas mujeres. Jamás mover ni tan siquiera un sólo dedo por su causa.