lunes, 23 de junio de 2008

Acerca de mi vida (y el trabajo)

No sé, me da la impresión de que nunca podré tener control total sobre mi vida, porque el mismo día que lo logre, ese día dejaré de vivir (que lo entienda el que pueda).

Entonces, ¿en qué consiste la vida?... en trabajar.

Resulta que sí, toda la vida consiste en trabajar y lo que he estado haciendo yo hasta ahora, es sacándole la vuelta (y vaya que sí tengo mucho trabajo por hacer).

Pero, ¿por qué le saco la vuelta al trabajo?

No lo sé, en realidad no lo sé. Tal vez, porque pensaba que trabajar no era vivir, y quería hacer todo menos trabajar.

Pero ahora lo comprendo, lo que yo necesito es trabajar... y orden, más no control, porque son cosas muy diferentes, orden es lo que más me hace falta.

En realidad, no quiero entrar en tantos detalles, más bien, necesito empezar a trabajar.














PD: se dan cuenta de cuántas veces mencioné la palabra trabajar?

lunes, 9 de junio de 2008

¿Quién será el servidor fiel? (La importancia de los hábitos)

Así dice Jesús en el Evangelio:

¿Quién será el servidor fiel y prudente que su señor ha puesto al cuidado de su familia para repartirles el alimento a su debido tiempo?

“Feliz ese siervo a quien su señor al venir encuentre tan bien ocupado. En verdad les digo: le confiará la administración de todo lo que tiene.”


Al contrario, el servidor malo piensa: Mi señor demora. Y empieza a maltratar a sus compañeros y a comer y a beber con borrachos. El patrón de ese servidor vendrá en el día que no lo espera, y a la hora que menos piensa. Su patrón le quitará el puesto y su suerte será la de los hipócritas: allí habrá llanto y desesperación.

Mateo 24: 45-51

Entonces

¿Cómo nos encontrará Dios cuando venga?

¿Acaso nos encontrará en la computadora, en el msn o en el myspace hasta altas horas de la noche, o incluso a mitad del día?

¿Acaso nos encontrará viendo la tele o escuchando música a todo volumen en la computadora de nuestro cuarto?

¿O acaso nos encontrará visitando páginas no muy decentes que digamos?

A todo esto, quizás deberíamos preguntarnos, ¿qué es lo que hacemos en nuestro diario qué hacer? ¿qué es lo que hacemos en nuestro tiempo libre o mientras trabajamos? ¿en verdad aprovechamos todo el tiempo que Dios nos ha dado?

¿Qué nos encontrará haciendo Dios cuando venga?

¿Por qué no nos puede encontrar haciendo algo provechoso, algo de bien?

¿Por qué no nos puede encontrar visitando al enfermo, o ayudando al necesitado, o haciendo el bien a los demás?

¿Por qué no nos puede encontrar tan bien ocupados, cuidando de la administración del Señor?

¿O acaso depende de la hora en que venga el Señor?

Es decir, ¿ya la hicimos si nos agarra haciendo algo bueno, o incluso en nuestro trabajo, o por qué no, que nos agarre en plena hora de la misa?

Pero… ¿y los que no van a misa?

Además de esto nos surge otro problema más importante, y ese problema es que no sabemos a qué hora vendrá el Señor:

“Por eso, estén despiertos, porque no saben en qué día vendrá su Señor. Fíjense bien: si un dueño de casa supiera a qué hora lo va a asaltar el ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto de su casa. Por eso, estén alerta; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos piensan.”

Mateo 24: 42-44

Tal vez, y sólo tal vez, el punto clave de todo esto sea: el hábito.

¿Cómo el hábito? Se preguntarán.

Pues el hábito es algo que comúnmente hacemos y sin pensar. Está el hábito de leer, el hábito de llegar temprano, el hábito de comer cosas saludables, o el hábito de saludar cortésmente a todos los conocidos cuando llegamos a un lugar.

Es decir, el hábito es algo que hacemos la mayoría del tiempo y casi sin darnos cuenta, o quizás sí nos damos cuenta de ello.

Pero el punto que quiero resaltar aquí, es que, es algo que comúnmente hacemos, es decir, es algo que estamos haciendo casi la mayoría de nuestro tiempo.

De hecho, todo lo que hacemos en nuestra vida diaria, no son más que los hábitos que nos han inculcado nuestros padres, otras personas, o incluso nosotros mismos.

Pero así como hay hábitos buenos, así también hay hábitos malos.

Yo nunca me había detenido a pensar en esto, pero, una vez que lo piensas, en verdad tiene bastante sentido.

Pues si los hábitos son las cosas que hacemos la mayoría de nuestro tiempo, entonces, nuestras vidas son el fruto o la consecuencia de los hábitos que tengamos.

Es decir, si en nuestra vida, tenemos arraigados muchos hábitos buenos, entonces como consecuencia, nuestra vida debería ser un fruto bueno de todos esos hábitos buenos que tenemos.

Pero, si por el contrario, tenemos arraigados muchos hábitos malos, entonces así también como consecuencia, nuestra vida será el resultado de todos esos hábitos malos que tengamos.

Como por ejemplo: podemos tener el hábito de llegar temprano a nuestros compromisos, y entonces, como consecuencia, lo más probable es que seamos más provechosos en esos compromisos, que la gente que suele llegar tarde (y que, por consiguiente, tenga el hábito de llegar tarde), además claro de contar con mayor estima de nuestros compatriotas.

Otro ejemplo más tangible, son los hábitos que se refieren a la comida, pues podemos tener el hábito de comer saludable y a sus horas, y por consiguiente contar con una mejor salud que las personas que tengan el hábito de comer comida chatarra y sin un horario establecido para comer.

Los hábitos buenos crean vidas buenas, y los hábitos malos crean vidas malas.

Pero la mayoría de las personas no suele darse cuente de los hábitos que tienen en su vida, pues es algo que pocas veces nos detenemos a pensar. De hecho, tenemos una vida tan acelerada, que es raro que nos pongamos a detenernos a pensar un poco del estado actual de nuestras vidas.

Por eso, yo te invito, a que te tomes un tiempo y reflexiones, ¿cuál es el estado actual de tu vida?, ¿cuáles son los hábitos que gobiernan tu vida?, ¿qué es lo que sueles hacer con tu tiempo libre?

Así, hay personas que en su tiempo libre suelen leer un libro, y hay personas que en su tiempo libre suelen ver la televisión.

¿Estás contento con los hábitos que tienes en tu vida?

¿Sabías que los hábitos se pueden cambiar?

¿Qué hábitos son los que quisieras cambiar?

Puesto que si, en nuestra vida tenemos muchos hábitos buenos, lo más probable es que cuando venga nuestro Señor nos encuentre haciendo algo bueno, algo de provecho; pero si por el contrario, en nuestra vida tenemos muchos hábitos malos, lo más probable entonces, es que lamentablemente, el día menos esperado, el Señor nos encuentre desprevenidos, y nos quite el puesto que tengamos, y nuestra suerte sea la de los hipócritas, donde habrá llanto y desesperación.

Salve oh Cristo!!!