martes, 27 de noviembre de 2007

El soldado y el extraterrestre parte 3

Parte 3

No debería escribir esto.

No estoy segura de lo que he visto. Primero, trataré de poner en orden mis ideas.

A las 0300 horas del día 39 de la misión, la alarma de la nave se activó, la causa: desconocida.

Inmediatamente me dirigí al puente de mando, donde parte del equipo técnico estaba ya trabajando en el asunto.

Justo entonces, la alarma, junto con todo el sistema eléctrico cayó. Toda la nave quedó prácticamente paralizada. Tras unos inciertos momentos las luces de emergencia se activaron, y con ellos, le energía de reserva.

Pedí informes. No hubo respuesta. Requerí entonces un escaneo preliminar de toda la nave, pero éste tardaría unos minutos. Tomé un comunicador y un arma y salí del puente. Para mi sorpresa, tanto el escuadrón rojo como el escuadrón alfa estaban ya en sus posiciones.

Rápidamente abarcamos más de la mitad de toda la nave, sin embargo, conforme recorría los casi totalmente oscurecidos pasillos, no podía dejar de pensar: “¿qué es lo que puede estar ocurriendo?, ¿a caso un desperfecto, una avería, un error en el sistema?”

Más aún, no podía sacar de mi mente esa otra posibilidad, por más remota que fuera. De pronto, me encontré sumergida en mis pensamientos cuando la voz de Sharon, la jefe técnico en turno me hizo despertar a la realidad: “Tenemos confirmación del scanner, hay actividad en el sector 12… ”

“¡Tan cerca del núcleo!”, pensé. “¿Cómo es que lo habíamos pasado por alto?” No pude evitar sentir un nudo en la garganta, un aire frío recorrió todo mi cuerpo.

Aún ni siquiera me hacía a la idea, cuando Alex, un elemento del escuadrón alfa contestó en el sistema de comunicación: “Estoy cerca del lugar, voy para allá.”

Entonces, como por reflejo contesté: “Espera por refuerzos, repito, espera refuerzos.”

“Estaré allí en 5 minutos”, era Jessica, del escuadrón rojo.

“Negativo, ya estoy en la entrada”, respondió él.

“Autorización de acceso denegada, repito, autorización de acceso denegada, espera por refuerzos”, respondí.

Tuve un mal presentimiento. De pronto, sentí como si todo se me saliera de control. Yo ya sabía que él era muy precipitado. Si tan sólo me hubiera hecho caso, si tan sólo esa vez me hubiera obedecido.

“Voy a entrar”, dijo él.

“Negativo, autorización para proceder denegada”, respondí firmemente aún con la esperanza de que se me obedeciera, sin embargo, no estaba preparada para lo que estaba a punto de suceder.

“Visibilidad nula, todo el sistema de iluminación está caído. Las luces de emergencias están deshabilitadas. Esperen, creo que vi algo… ”

Inmediatamente después escuchamos los disparos.

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