En la mañana, al despertar, un nuevo día comienza.
La luz del Sol entra por mi ventana.
El cielo comienza a brillar.
Yo abro mis ojos,
doy un profundo respiro,
y estiro mis brazos.
Escucho el sonido del amanecer,
y por un instante me quedo en silencio.
Respiro la paz del momento.
Sentado, en mi cama, muevo los dedos de mis pies.
Siento cada músculo trabajar,
y me quedo mirando a la nada.
Por fin me levanto, me dispongo a empezar,
tengo una cuenta muy grande que saldar...
he despertado un día más.
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