domingo, 2 de junio de 2013

El gran Salomón, el Centurión de la fe y la Providencia de Dios

Quién no conoce a Salomó? Salomón el grande? Quien no ha escuchado hablar algo de él? Come on!!! La Sabiduría de Salomón... proverbios de Salomón...

Pues la liturgia de hoy toca a este gran personaje quien fuera el encargado de edificar el Templo de Dios. Esto es lo que dice:

En el templo que había construido en Jerusalén, Salomón elevó a Dios esta plegaria: "Los extranjeros oirán  hablar de tu gran nombre, de la fuerza de tu mano y de tu brazo protector. Cuando uno de ellos, no israelita, atraído por la fama de tu nombre, venga de una país distante para orar, escúchalo tú desde el cielo, tu morada, y concédele todo lo que él te pida. Así te conocerán y temerán todos los pueblos de la tierra, lo mismo que tu pueblo, Israel, y sabrán que este templo que fue construido, está dedicado a tu nombre".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

En la humilde opinión nada experta de este servidor veo una prefiguración de como Dios quería hacerse conocer a todos los hombres de todas las naciones y no sólo al pueblo judío, y es por esto que ellos son "nuestros padres de la fe". Pues Dios es Padre de todos los hombres, pero Israel es su elegido para hacerse conocer y entrar a la historia de la humanidad. Que gran honor!

Nuestro Señor atendería a la plegaría de su siervo Salomón cuando otro hombre, un centurión romano, va y le pide que cure a su siervo, a quien veía más como a un hijo y al cual le tenía mucho cariño. Que fe tan grande la de este hombre! Como atreverse a pedirle al gran maestro este favor, él siendo un pagano, un extranjero. Y nuestro Señor le escucha, le atiende y se admira de su fe:

"Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres a mi casa (pues soy un pagano); por eso ni siquiera me atreví  a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: "¡Ve!", y va; a otro: "¡Ven!", y viene; y a mi criado: "¡Haz esto!" y lo hace".

Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande".

Como tener una fe así? Mas que pidiendola insistentemente: Señor, aumenta mi fe.

Finalmente, les recuerdo a todo aquel que haya invertido sus 2 min en leer este pequeño Blog y al cual les agradezco infinitamente, que si van a Misa y al final el Sacerdote levanta la mano y empieza a decir una oración como esta:

"Que la bendición del Señor..."

En realidad les digo que el Sacerdote esta pidiendo una bendición especial para todos aquellos que hayan asistido a la Eucaristía y que la forma de recibirla es inclinando la cabeza, mientras el Sacerdote dice esta o estas bendiciones, ya que puede pedir varias.

Se los digo porque veo que estamos acostumbrados a hacer sólo lo que nos dice el Monitor: "sentados... de pie... de rodillas... etc".; y en algunas Iglesias no acustombran decir, aunque en otras sí: "inclinen su cabeza para recibir la bendición."

Se los digo como un pequeño tip, no sea que nos pase la bendición de noche ;)

Y para finalizar, la oración de coleta:
Nos Acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien.





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